A finales del año 2017 llegó a nuestras manos la posibilidad de rehabilitar completamente un edificio en pleno corazón de La Coruña. Se trataba de un trabajo que en un principio nos daba un poco de miedo por el mal estado en el que se encontraba el inmueble, pero que, sin duda, poseía un encanto especial y muchas posibilidades para convertirse en una vivienda lujosa y con un diseño especial, sin olvidarnos de lo más importante: que fuese confortable y acogedora, y que se convirtiese en lo que entendemos por “un hogar”.
Por lo que se refiere a la fachada, no se aprecian grandes diferencias entre la el edificio rehabilitado y el original, puesto que, al ser un edificio de 1935, la fachada está protegida por Patrimonio. Así que lo que hicimos, gracias a nuestro equipo de trabajos verticales, fue sanearla, darle un toque de color para embellecerla y restaurar los balcones para que se puedan utilizar sin ningún temor.
Para que estos trabajos de restauración no resultaran desagradables a la vista de las personas que disfrutaban de la plaza que hay justo debajo ni de los viandantes, decidimos colocar una pancarta que expresa el sentir de cada uno de los coruñeses, como es la frase “Vivir na Coruña que bonito é” como podéis ver en la foto.
Una vez en el interior, lo primero con lo que nos encontramos fue con la magnífica escalera de madera que da acceso a las viviendas. Supimos en todo momento que teníamos que hacer lo que fuera necesario para conservarla tal y como era, por lo que nuestro equipo de albañilería dedicó su esfuerzo a pulir y sacar lo mejor de cada uno de los peldaños.
Otro cambio significativo que se hizo fue en la cocina, dándole una nueva distribución dentro del plano y ganando luz natural. Podemos unificarla al salón o dotarla de privacidad a través de la galería de hierro y cristal que separa una de la otra. Lógicamente dotamos esta estancia de nuevos electrodomésticos y le dimos un toque más moderno con materiales de gran calidad como la encimera de Silestone.
Al hacer un salón abierto, conseguimos ganar amplitud y que quedase una planta más diáfana, donde el color blanco de las paredes, sus ventanales, la galería de cristal y el hecho de que se trate de un edificio en el que todas las estancias dan al exterior, nos proporciona un espacio de una gran luminosidad, sin la necesidad de emplear luz artificial durante la mayor parte del día.
Otras de las estancias donde se puede observar una enorme transformación son los baños. Con la nueva distribución, conseguimos hacer dos cuartos de baño en vez de uno y un aseo. Para ganar espacio, se sustituyó la bañera por una ducha, anclada a una pared alicatada del mismo color que el resto del aseo, consiguiendo así una homogeneidad y haciendo que resalte más el contraste con el suelo porcelánico efecto mármol negro y un moderno lavabo con mueble en madera y forja.
Con respecto a las habitaciones, tomamos la decisión de convertir la más pequeña, que resultaba algo claustrofóbica como dormitorio, en una lavandería independiente.
Y como la lavandería no requería de mucha superficie, aprovechamos parte de su espacio para ampliar una de las tres habitaciones. Como sabemos que la amplitud es algo necesario, todas las habitaciones cuentan con armarios empotrados.
La luz es un elemento básico en toda vivienda, y en este edificio también. Todas las habitaciones cuentan con grandes ventanales dotados de los mejores materiales para el aislamiento acústico y térmico, y que inundan las estancias de luz. Los tonos en blanco de las paredes contribuyen a aumentar la luminosidad. Siendo esta la época de la tecnología, las ventanas cuentan con persianas eléctricas, y cada habitación con toma de televisión y datos
La joya de la corona en este magnífico edificio se encuentra en la tercera planta, ya que aquí podemos ver las vigas originales de la casa, restauradas y saneadas. Esto mantiene el espíritu de la construcción tal y como fue concebida en su día y aporta un toque rústico a una vivienda en el corazón de la ciudad, a pocos pasos del centro y de la playa. Tradición y modernidad aunadas.
En esta tercera planta también encontramos otra de las características más novedosas y originales de esta reforma: el estudio a doble altura. Se pudo conseguir al tirar unos pequeños habitáculos cuyo tamaño y altura eran tan escasos que apenas se podía acceder a ellos. Se ideó crear un ambiente especial e íntimo a doble altura, al cual se accede a través de la escalera del edificio, la cual se integra dentro del salón. Es un concepto muy original que aporta un toque vanguardista y al mismo tiempo respeta las líneas del edificio original.
Por último, pero no menos importante, al tratarse de un edificio antiguo, se cambiaron todas las instalaciones, tanto de electricidad, como de fontanería y gas. Cada radiador cuenta con una llave individual por lo que, ante cualquier problema, o simplemente si no necesitamos su funcionamiento, las llaves se pueden abrir o cerrar a voluntad.
Este proyecto no podría haberse hecho realidad sin contar con cada uno de los trabajadores de Kotablue, tanto los que están en la oficina, como los que se dejan la piel tirando y levantando cada centímetro en cada reforma. Por algo llevamos más de 15 años dedicándonos a este sector, pudiendo ejercer todos los oficios, y teniendo como objetivo aprender cada día un poco más y así satisfacer a nuestros clientes y ayudarles a hacer realidad su sueño.